APRENDIENDO A VIVIR LA PÉRDIDA.

Aprendiendo a vivir la pérdida .

¿Qué es el duelo?
















El duelo es una respuesta normal y saludable a una pérdida. Describe las emociones que siente cuando pierde a alguien o algo importante para usted. 

Las personas necesitan hacer el duelo por muchos motives diferentes, incluidos los siguientes:


La muerte de un ser querido, incluidas las mascotas.


El divorcio o cambios en las relaciones, incluidas las amistades.

Cambios en su salud o en la salud de un ser querido.

Pérdida de un trabajo o cambios en la estabilidad financiera.

Cambios en la forma de vida, como los que ocurren durante la jubilación o cuando se muda a un lugar nuevo.

Fases del duelo .

Negación
El negador vive en un mundo de ficción donde lo perdido todavía no se fue, donde el muerto vive, donde lo que pasó nunca pasó. No es el mundo mágico donde todo se resolvió felizmente, sino la realidad detenida en el momento en que todo estaba por comenzar. El universo congelado un instante antes de enterarme de lo que hubiera preferido no enterarme.

Sufrimiento.

El desvío hacia el sufrimiento en cambio, es la decisión de no seguir avanzando. Es una especie de pacto con la realidad que conjuga un mayor dolor ante la posibilidad de tener que soltar lo perdido y el  deseo de no soltarlo nunca. Y entonces nos detenemos y nos apegamos a lo que se fue, instalándonos en el lugar del sufrimiento. Sufrir es cronificar el dolor. Es transformar un momento en un estado, es apegarse al recuerdo de lo que lloro, para no dejar de llorarlo, para no olvidarlo, para no renunciar a eso, para no soltarlo aunque el precio sea  nuestro sufrimiento, una misteriosa lealtad con el ausente. 

 Dejar ser lo que es y dejar venir lo que viene.



















El dolor conecta con un sentimiento: la tristeza. Una emoción normal y saludable, aunque displacentera, porque significa extrañar lo perdido. 
 Aunque la tristeza puede generar una crisis, permite luego que uno vuelva a estar completo, que suceda el cambio, que la vida continúe en todo su esplendor.
La más importante diferencia entre uno y otro es que el dolor siempre tiene un final, en cambio el sufrimiento podría no terminar nunca. 
Darte el permiso de sentirte mal, necesitado, vulnerable..........déjate acompañar por tus compañeros déjate caer en los hombros de tus amigos, no te sostengas sol@. 

El pensar que es mejor no sentir el dolor, o evitarlo con distracciones y ocupaciones pero, de todas maneras, con el tiempo lo más probable es que el dolor salga a la superficie. 

Mejor es ahora.
Comparte   lo que te está pasando con tu   familia y tus amigos de confianza...Llorar es tan exclusivamente humano como reír. El llanto actúa como una válvula liberadora de la enorme tensión interna que produce la pérdida. Podemos hacerlo solos si esa es nuestra elección, o con nuestros compañeros de ruta para compartir su  dolor, que no es otro que nuestro mismo dolor. Cuando las penas se comparten su peso se divide. Cuando el alma te duele desde adentro no hay mejor estrategia que llorar.

No te guardes  todo por miedo a cansar o molestar. Nada es más impertinente y perverso que interrumpir  la  emoción con  estúpidos condicionamientos de  supuesta fortaleza protectora del prójimo. La cual es falsa, ahora te necesitas  tu  , y necesitas de ellos , no es hora de  proteger a nadie, no los puedes  sostener , necesitas sostenerte tu .

Recorrer el camino requiere tiempo. 
Dicen que el tiempo lo cura todo. Pero cuidado, el tiempo solo quizás no alcance. Lo que realmente puede ayudar es lo que cada uno hace con el tiempo. NO te hagas expectativas mágicas. Estate preparado para las recaídas. Un suceso inesperado, una visita, un aniversario, la Navidad te vuelven al principio, es así́. No puedes llorar hoy lo de mañana, ni seguir llorando lo de ayer ,Para hoy es tu llanto de hoy, para mañana el de mañana. Mimarte a mi mism@ y sobre todo mucha paciencia contigo es lo que necesitas.

¿Estás utilizando este día para aprender a vivir sin esa persona querida?

 Ve dando cada día pequeños pasitos  . Vivir solamente un día cada día. Tus tiempos son tuyos.

Recuerda que el peor enemigo en el duelo es no quererse. 

Es necesario valorar las cosas buenas que seguimos encontrando en nuestra vida en esta situación de catástrofe.  Algunas puertas se abren, centrate  en ellas , y  alégrate de tus avances  aún en éstas circunstancias te están demostrando que la fuerza interior que te hace levantarte y ser  como eres te  ha acompañado en grandes proyectos que has realizado , te hace que  te levante de los fracasos 

 Mucho descanso, algo de disfrute y una pizca de diversión.
Date  permiso para sentirte  bien, reír con los amigos, hacer bromas. Los malos momentos vienen por sí solos, pero es voluntaria la construcción de buenos momentos.
Acepta lo irreversible de la pérdida. 
Aunque sea la cosa más difícil que tenga  que hacer  en toda tu vida, ahora tienes que aceptar esta dura realidad:       "Estoy  en el camino de las lágrimas y no hay retorno. El camino sólo sigue hacía adelante. " Mientras creas en un pequeño lugarcito que el otro volverá  que la situación va a volver a ser la que era, que  va a regresar, nunca terminarás el recorrido.  De hecho , si existe una remota posibilidad de que la pérdida no sea definitiva, debes elegir entre seguir esperando y no recorrer el camino o decidir que es definitiva aunque los hechos permitan una tenue esperanza. "

Rabia
   "Me enojo con cualquiera a quien pueda culpar de mi sensación de ser abandonada, No importa si es razonable o no, el hecho es que me enojo. "
 Lo que pasa es que la furia tiene una función .Esta furia está allí para producir algunas cosas,  para permitir el proceso que sigue. La furia tiene como función anclarnos a la realidad, traernos de la situación catastrófica de la regresión y prepararnos para lo que sigue; tiene como función terminar con el desborde de la etapa anterior pero también intentar protegernos, por un tiempo más, del dolor de la tristeza. Y quien frena a la furia .Este derivado construido de la misma sustancia de la furia que la reemplaza y la frena se llama culpa.
En el proceso natural de la elaboración de un duelo aparece tarde o temprano una etapa de la culpa. Nos empezamos a sentir culpables. Culpables por habernos enojado con el otro , si lo hubiera cuidado más, . Culparnos es una manera de decretar que lo habría podido evitar, una injusta acusación que nos daña y no nos cuida, esta sensación me viene después de hablar con ciertas personas que realmente piensan así y me muestran  como nosotros mismos nos  criticamos en nuestro interior.
Desolación.
La etapa de la desolación es la de la verdadera tristeza. 


Esta es la etapa más temida. Tanto que gran parte de lo anterior pasó para evitar esto, para retrasar nuestra llegada aquí.  Aquí es donde está la impotencia, el de darnos cuenta de que no hay nada que podamos hacer,   y que eso es irreversible. No hay nada que se pueda hacer. Y esto nos conecta con la impotencia. Conectados con nuestros propios vacíos interiores.. Conectados con la certeza de que hemos perdido algo definitivamente. Nos damos cuenta de que las cosas no van a volver a ser como eran y no sabemos con certeza pronosticar de qué manera van a ser.

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