Veamos Lo Que Trae El Tiempo. !!! Cuento Para Reflexionar.
Aprende a esperar . A mi me resulta muy difícil una de las cosas que yo me trabajo más es la impaciencia, soy muy impaciente y cada día tengo que aplicarme este cuento , es uno de mis favoritos sobre todo cuando algo acontece inesperadamente, siempre me acuerdo del cuento del caballo. Espero que os ayude tanto como lo hace conmigo:
Una vez un campesino chino, pobre y
muy sabio, trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un día el hijo le dijo: "Padre,
¡qué desgracia! Se nos ha ido el caballo."
"¿Por qué le llamas desgracia? -
respondió el padre, veremos lo que trae el
tiempo..."
A los pocos días el caballo regresó,
acompañado de otro caballo. "¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez
el muchacho, nuestro caballo ha traído otro caballo "
"¿Por qué le llamas suerte? -
repuso el padre, veamos qué nos trae el tiempo."
En unos cuantos días más, el muchacho
quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se
enfureció y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.
"Padre, qué desgracia! - exclamó
ahora el muchacho - ¡Me he quebrado la pierna!"
Y el padre, retomando su experiencia y
sabiduría, sentenció:
"¿Por qué le llamas desgracia?
Veamos lo que trae el tiempo!"
El muchacho no se convencía de la
filosofía del padre, sino que se quejaba en su cama. Pocos días después pasaron
por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la
guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna
entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca
hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay
que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.
La moraleja de este antiguo
consejo chino es que la vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su
desarrollo, que lo malo se hace bueno, y lo bueno, malo. Lo mejor es esperar
siempre el día de mañana, pero sobre todo confiar en que todo sucede con un
propósito positivo para nuestras vidas.
Podría parecer
lo más sencillo del mundo pero nada más lejos de la realidad. Dar tiempo al
tiempo cuando estás en medio de una decisión importante o con un gran
sentimiento de impaciencia y ansiedad es lo más difícil. Por ello, a veces,
conviene cultivar la paciencia, la serenidad y el arte de la espera. Eso es lo
que implica dar tiempo al tiempo: aprender a esperar. Y aprender a dejar que
las cosas fluyan y sigan su curso, no el curso que dicta tu voluntad.
Las cosas pasan
sencillamente, cuando tienen que pasar. Pero a veces, ante esa impaciencia se
pierde frescura y naturalidad porque se fuerzan las cosas.
Merece la pena
aprender a pensar antes de hablar, meditar las cosas y contar hasta cien,
olvidarte de un tema y seguir con tu vida porque ya llegará el momento en que
se resuelva. Ocúpate de aquellos asuntos
que de verdad dependen de tu voluntad, cuando no sea así, entonces, vive
con sabiduría y no pierdas energía en un imposible.
El tiempo forma
parte de la vida. De hecho, es fácil sentir el calendario y el paso de los
meses y los días. No te preocupes por problemas del ayer o del mañana y vive el
hoy.
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